viernes, 13 de mayo de 2016


Definición de Solución Química: se le conoce también como disolución y es una mezcla de dos o más componentes, como cada componente se mezcla íntimamente con otro, la solución es homogénea por lo que los componentes pierden sus características individuales.
Las sustancias están compuestas por un solvente y al menos un soluto, el solvente normalmente es el componente que se presenta en mayor cantidad y el soluto es el componente que se disuelve.
La preparación de una solución se hace mediante la mezcla del solvente en mayor cantidad (que casi siempre es agua) y el soluto en una concentración determinada. La concentración es la relación que existe entre la cantidad de soluto y la cantidad de solvente, por ejemplo, el agua de mar es una solución que contiene agua como solvente y sales minerales como solutos y su concentración es de 3.5 g/L.
El Mol es una unidad internacional de medida usada para medir la cantidad de una sustancia expresada en gramos, es su peso molecular.
Las soluciones molares son aquellas que en 1 litro de agua hay disuelto el peso molecular de la sustancia expresada en gramos, ejemplo una solución molar de cloruro de sodio (peso molecular 58.5 g) tiene 58.5 gramos disueltos en un litro de agua.
Las soluciones normales son aquellas que en 1 litro de agua hay disuelto el peso molecular de la sustancia expresada en gramos dividida por el número de electrones que intercambia en la reacción que ser va a utilizar.

Las soluciones mólales son aquellas que tienen una concentración de 1 mol de soluto por kilogramo de agua
La osmolaridad es la concentración molecular de todas las partículas osmóticamente activas contenidas en una solución. La osmolaridad se expresa en osmoles (o en miliosmoles) por litro de solvente.
El agua se mueve fácilmente cruzando las membranas celulares, a través de canales especiales revestidos de proteína. Si el total de la concentración de todos los solutos disueltos no es igual en ambos lados, habrá un movimiento neto de moléculas de agua hacia dentro o fuera de la célula. Para donde es el movimiento del agua, depende si el medio donde se encuentra la célula es isotónico, hipotónico o hipertónico.













El volumen total del agua corresponde al 60% del peso corporal. Este volumen se divide en dos grandes compartimentos, el intracelular y el extracelular. El compartimiento extracelular se subdivide a su vez en plasma y líquido intersticial, con una relación aproximada de volumen de 1:3. La regulación del volumen intracelular, se consigue en parte mediante la regulación de la osmolalidad del plasma, a través de cambios en el balance de agua. En comparación, el mantenimiento del volumen plasmático, lo cual es fundamental para mantener una adecuada perfusión de los tejidos, está directamente relacionado con la regulación del sodio.
El volumen de agua total varía de forma fisiológica según la edad (a menor edad, mayor es la proporción de agua total en el organismo), sexo (el porcentaje de agua respecto al peso suele ser algo menor en el sexo femenino, debido a la mayor proporción de tejido adiposo), constitución (a mayor proporción de tejido adiposo, menor proporción de agua).
Las fuerzas osmóticas son el determinante fundamental de la distribución de agua en el cuerpo, el agua puede cruzar libremente casi todas las membranas celulares, y como resultado los fluidos corporales se mantienen en un equilibrio osmótico, dado que la osmolalidad del líquido intra y extracelular es la misma.
Son numerosas las situaciones patológicas en la práctica diaria en las que ocurren desequilibrios hídricos, electrolíticos y ácido-básicos. Sus manifestaciones clínicas señalan la oportunidad para precisar su naturaleza e intensidad a través de estudios auxiliares que conducen a la toma de medidas valiosas para manejar con éxito estos problemas.
Casi la mitad del peso de un ser humano está constituido por agua que es el solvente corporal ideal. 
El principio fundamental sobre el equilibrio hidroelectrolítico es el siguiente: sólo puede mantenerse si la ingesta es igual a la pérdida. Como es lógico, si se elimina una mayor o menor cantidad de agua de la que entra, se producirá un desequilibrio. Si se produce esta situación, el volumen líquido total se incrementará o disminuirá, pero no permanecerá constante.
Los mecanismos cruciales para el mantenimiento del equilibrio hídrico, están formados por los dispositivos que pueden modificar la eliminación de líquido para que esta se ajuste a la ingesta, aunque también actúan los mecanismos que ajustan la ingesta a la eliminación.


 En casos de deshidratación intensa, la velocidad de filtración glomerular disminuye a causa de la caída en la presión arterial, con lo que se reducen las pérdidas de líquidos en la orina. Al contrario, con el consumo de demasiada agua aumenta la presión arterial, se eleva la velocidad de filtración glomerular y las pérdidas hídricas en la orina son mayores. Con la hiperventilación aumentan las pérdidas de líquido mediante la exhalación de más vapor de agua. También el vómito y la diarrea ocasionan pérdidas de agua del conducto gastrointestinal. Por último, con la fiebre, el sudor intenso y la destrucción de extensas áreas de piel por quemaduras se producen eliminación excesiva de agua a través de la piel.

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